Día Dos

Pío-pío hacen los pajaritos, "ornitorrinco, hacen los ornitorrincos", y las jirafas, ¿Ah?. Una vez me contaron que no hacían nada, pero como yo no me fío tanto de esas cosas, un día decidí averiguarlo por mi propia cuenta. Y era verdad.


Leí por ahí, desde el más allá (por supuesto), que me dicen "negativo"... Considero que eso es un insulto. Yo creo que estamos en una disyuntiva importante.
Mi siguiente relato tratará de esto último. Póngale mucha atención, se podría perder de algo importante.

Cuando aún me encontraba en mi período de recuperación, hacía muchas cosas entretenidas, cosas como mirar por la ventana, mirar el techo, esas cosas que hacemos todos los seres evolucionados. Me entrené arduamente en mirar fijamente un punto del techo sin pestañear una sola vez, lográndolo incluso por un día completo, hasta que me quedaba dormido. Cuando se lo conté a mi tío, orgulloso de mi gran habilidad, éste me dijo que estaba muy bien que me ocupara en algo, que estaba feliz por mi rápida recuperación, pero que no fuera hueón y que me dedicara a hacer cosas más inteligentes. Luego, se posó a mi lado y, para mi sorpresa, se quedó observándome fijamente por más de dos horas sin pestañear, créanlo, yo mismo lo vi. Pasadas los sesenta minutos por dos (hay que usar sinónimos), me dijo que los pájaros no tenían párpados. Después de eso sentí unas terribles ganas de llorar, tan fácil que se le puede arruinar el día a un niño, tan fácil que es para los otros cortar alas ajenas. Me sentí tan humillado, tan "nada"... Después de eso tuve una nueva recaída.

Al tiempo volví a sentirme vivo, tanto que decidí levantarme, ¡Y lo logré!. Me sentía tan bien, que decidí caminar, ¡Y lo logré!. Me sentí tan "yo", que decidí salir afuera y lanzarme volando por los aires infinitos, y no lo logré. Todo pasó tan rápido. Lo único que recuerdo es a mis once hermanos haciendo una ronda alrededor mío, a Tres gritando desesperado, a Cinco llorando y a mi tía tomándome en brazos.
Al día siguiente me contaron la historia con detalles. Resulta que me subí a un árbol, el más alto que había frente a nuestra casa, y me lancé a los aires como quien fuera un experto en volar F-16. Para mi sorpresa, realmente no lo sabía, mi tía, mientras me consolaba , me decía - Pero mijito, si usted no tiene alas - , y claro, ahí recordé que el culpable de todo esto era mi tío, él, sin derecho alguno me había quitado mi legítimo derecho a volar. Lo odié en secreto.

Después de mi fallida experiencia con el vuelvo, caí en un profundo debate existencial conmigo mismo. Mi hermano, Uno, tan preocupado como era, decidió enfrentar la situación y se internó en su taller para crearme unas lindas alas hechas de paja y restos varios. Por supuesto que también le agregó un par de turbinas, un motor, turbo y un computador con conexión a internet inalámbrica.
Manejarlo se me hizo muy fácil, rápidamente me acostumbré hasta el punto de sentirlo como parte de mi cuerpo. Así, mi frustración y odio secreto a mi tío se fueron tan rápido como llegaron. Descubrí también, que mi hermano Uno era un genio inventor, que tenía una máquina del tiempo y un des-atornillador que volaba a base de una fusión de núcleos. Me sentí tan atraído por su mundo, que decidí volverme su aprendiz.
Pero me dijo que no.

¿Ustedes creen que me quedé con su respuesta, que lo acepté fácilmente?.. Eso es tema para otro día.

¿Ah?.